Pasa la Virgen Macarena (1959)

Portada de la marcha procesional "Pasa la Virgen Macarena" 1959

De las innumerables marchas procesionales que diversos compositores de este género musical han ido dedicando a la bellísima Virgen de la Esperanza Macarena, una de ellas destaca por su extrema belleza y sencillez, hablamos de Pasa la Virgen Macarena de D. Pedro Gámez Laserna. 

Revolucionario de su tiempo, Gámez Laserna, natural de Jódar (Jaén), se trasladó con 16 años a la ciudad de Córdoba para alistarse como voluntario en la banda de música del Regimiento de Infantería nº 2 de la Reina. En 1932, alcanzaría la plaza de trompa en la banda municipal de Córdoba, instrumento en el que desarrolló anteriormente sus estudios musicales.
Con intenciones de llegar a ser director de banda civil, "por diversas causas no le fue posible" , marchó a la capital española a principios de la década de los cuarenta para seguir especializándose en la materia de contrapunto y fuga junto al maestro Martín Domingo, quien le ofreció una plaza en la Banda Municipal de Madrid mientras perfeccionaba sus estudios musicales. Tras un duro esfuerzo y gracias a su genial intelecto, consiguió la primera plaza en las oposiciones nacionales a director de banda militar, regresando de nuevo a Córdoba, donde había dejado a su familia, y haciéndose cargo de la dirección de la Banda de Música del Regimiento de Infantería de Lepanto nº 2. Durante ésta última etapa de su vida en la ciudad cordobesa, D. Pedro nos regaló una de las mayores genialidades que la ciudad ha conocido, “Saeta Cordobesa” (1949), dedicada al Santísimo Cristo de la Buena Muerte.

Antigua banda del Regimiento de infantería nº 2 de la Reina (Córdoba)

Posteriormente, en 1957, se trasladó a Sevilla, haciéndose cargo de la banda de música del Regimiento de infantería de Soria 9. Fue en la capital hispalense donde arrojó todo su ingenio en la composición de “Pasa la Virgen Macarena” (1959). Una marcha que rompe con todo los cánones establecidos por el propio Gámez, siendo ésta un reflejo perfecto en forma de narración musical del andar del paso del palio de la Esperanza Macarena por la plaza de la Campana. 

Centrándonos en la composición, podríamos definirla como una mezcla de sencillez, dominio y maestría de la armonía de principio a fin. Un comienzo marcial extraordinario, protagonizado por los toques secos y ágiles de corneta, acompañados por una alegre melodía interpretada por los clarinetes. Le sigue un motivo central muy innovador, ya que prescinde del tradicional fuerte de bajos, introduciendo en su lugar un motivo donde los metales, especialmente las trompetas, realizan una melodía sutil y uniforme, sustentada en segundo plano por los acordes de la madera. Nuevamente se vuelve al motivo principal, y tras una genial modulación llegamos a un trío sensacional, caracterizado por su extremada sencillez y exquisitez, un motivo definido por largas notas que logran alcanzar gran solemnidad. Dicho trío se repite una segunda vez, incluyendo en ésta ocasión una bellísima melodía superpuesta a la realizada anteriormente, ayudándonos a recordar la grandeza del andar del palio de la Macarena durante la Madrugá Sevillana.

Esta marcha fue un antes y un después dentro de la música procesional. Una sublime estampa musical que describe sin necesidad de tener que estar presente a la Esperanza Macarena desfilando por las calles de Sevilla. Con razón nuestro maestro, momentos antes de subir al cielo pidió que a la salida de su ataúd de la basílica de la Macarena, un Diciembre de 1987, le fuera interpretada “Pasa la Virgen Macarena” por su querida banda de Soria 9.